Gotas caían sobre pieles calientes

Se levantaba una tormenta
pero a la gente en el centro
no le importaba
una tormenta importante, se estaba por largar,
pero en la calle del centro la gente, seguía bailando al artista local,
que sobre un balcón de primer piso
disponía de todo un, equipo de música,
Tony el artista cantaba
con todo su equipo
y la gente abajo bailaba
y acompañaba de memoria.

Con nico
nos tomábamos un helado
mirando el posible espectáculo
familiar
veraniego
irascible

hasta que sucedió todo García Márquez junto.

Arranco el temporal con un viento de golpe
una ola de polvo y basura de pizzería, palitos
fichines de los jueguitos y tickets.
La gente seguía
la gente seguía sin importarle
se encontraban en el éxtasis que los hacia olvidar.

Hasta que del viento se corto la luz
en todo las toninas
y en todo las toninas la gente perdió los ojos
y claro, a los niños, andaban por todas diferentes partes
el apagón fue total
y aunque por algún minuto el ánimo fue
de alguna forma continuar
comenzó a gotear grueso
y la fiesta se hecho a estropear.

Intentando volver a sus hogares de alquiler
entre muchos se empezaron a chocar
y algo de pánico que salía de la gente
en el viento se entro a liberar
el aire estaba picado
la oscuridad se volvió un tinto
y la lluvia de buen cuerpo
ahora se hacia escuchar.

Fue lo mejor caminar en medio del caos.
Fue lo mejor atravesar ese infierno apagado.
Lo mejor fue estar en el pogo.

En el departamento encendimos velas
¿escuchaste alguna vez abbey road?
le pregunte a Nicolás que respondió en negación
y lo puse
entonces se escuchaba, cómo charlábamos los dos,
se escuchaba – por favor creeme – de la canción
y por supuestos
se la escuchaba afuera a la tierra
que a veces necesita estar sola,
para ponerse a llover.
Como yo que necesito esta noche
escribir porque ya no doy más:

Lo mejor Nicolás
fue caminar en el caos
cruzar este infierno
y estar en el pogo
haciéndonos algo de amar.